Canarias ha pasado el fin de semana entre polvo del desierto del Sáhara, en uno de los episodios de calima más fuertes en los últimos 30 años. Muchos habremos oído esta palabra en algún momento (sobre todo estos últimos días), incluso puede que hasta la hayamos utilizado. ¿Pero sabemos realmente lo que es y por qué se genera?
Muchas veces la palabra calima se utiliza para referirse a la bruma o niebla que se da en la costa, pero estos fenómenos tienen que ver con la evaporación del agua y la calima es un fenómeno meteorológico diferente. Tanto con la bruma como con la niebla las partículas que hay suspendidas en el aire son vapor de agua debidas a la evaporación; pero con la calima lo que tenemos en la atmósfera son gran cantidad de partículas en suspensión de polvo, sales y arena. Existen dos tipos de calima según la procedencia de las partículas suspendidas en el aire: la de tipo A formada por polvo, arena y sales en el ambiente y la del tipo B formada por episodios más específicos como erupciones volcánicas o grandes incendios y las partículas que quedan suspendidas en el aire por estos fenómenos.
Hay que aclarar que la calima tipo A es un fenómeno natural que es común en las costas Canarias. El fenómeno se forma cuando el viento del SE (viento siroco o jaloque) viene desde el continente africano, habiendo pasado por el desierto del Sáhara y la costa africana y llega a grandes velocidades con una gran concentración de polvo y arena hasta las costas canarias. El viento que llega es caliente y seco, con mucho polvo y partículas en suspensión. Normalmente el fenómeno de la calima suele parar cuando hay un cambio de masas de aire, que suelen venir asociadas a vientos y lluvia que ayudan a disipar las partículas en suspensión. Estas concentraciones de polvo pueden causar impactos en la salud si la concentración es alta y perdura en el tiempo pero generalmente son episodios cortos y con bajas concentraciones, lo que ayuda a la formación de nubes y también fertiliza suelos y costas gracias a los componentes suspendidos en el aire que pueden hacer de fertilizantes naturales (hierro, fósforo…).
El episodio de este fin de semana, no obstante, ha sido más intenso de lo normal y ha puesto en alerta a las islas tanto por la calidad del aire como por las fuertes rachas de viento. Respecto a partículas en suspensión en el aire (PM10), la medida que indica buena calidad suele estar en los 20ug/m3 y se considera umbral de contaminación por encima de los 50ug/m3. Este fin de semana en el archipiélago se han llegado a medir picos de hasta 1600 ug/m3, además de rachas de viento de hasta 160 km/h en las cumbres. En este caso ha habido una borrasca en altura y un anticiclón en superficie, lo que ha generado un flujo de vientos más intenso de lo normal que han traído consigo una mayor cantidad de partículas en suspensión. Para mediados de semana se espera que se de un cambio en las masas de aire predominantes y que deje de soplar el viento siroco del SE para dar paso a los vientos alisios del NE, que traerán aire más húmedo y fresco a las Islas Canarias.
Desde hace varios años se investiga este fenómeno en las islas y los posibles contaminantes que llegan a canarias con la calima. Una vez se tiene polvo en suspensión en una masa de aire y según ésta va avanzando, es muy probable que otras partículas se adhieran a este polvo y sean transportadas. Dado que la calima que llega a Canarias viene desde el continente africano, dependiendo de la dirección que tuviesen estos vientos durante su paso por la costa africana, pueden llevar consigo diferentes contaminantes de la industria además del polvo del Sáhara. Según esta investigación (Rapid changes of dust geochemistry in the Saharan Air Layer linked to sources and meteorology), dependiendo del recorrido que haya tenido el viento que después llega al archipiélago canario, la composición del polvo es diferente: cuando viene del NE de Argelia la calima es más rica en sodio y cloro, si pasa por el SE del Sáhara y Mali es más rico en silicio, hierro y manganeso; y si la calima avanza por alguna de las principales industrias del norte de África puede contener trazas de bromo, cromo, níquel, zinc y circonio.
Siguen las investigaciones al respecto para ver los efectos de éstas partículas en suspensión, sobre todo en episodios extremos como los de el pasado fin de semana. No obstante hay que aclarar que los episodios de calima normales no son un fenómeno peligroso.
Para más información:
Crónicas de un Amonite 